A medida que desarrollamos los jardines, nos hemos comprometido a utilizar plantas y prácticas resistentes a la sequía para conservar el agua. Los olmos que crecen a lo largo del arroyo fuera de la casa proporcionan sombra fresca del sol del verano y de la Tramuntana. El olivar restaurado está entrando en su tercer año y está madurando muy bien. Ahora estamos restableciendo el huerto y el viñedo, empleando prácticas sostenibles y respetuosas con la tierra.

Tuvimos la suerte de que nos permitieran incluir una piscina (una rareza en un parque nacional) donde se puede hacer ejercicio, estirarse o simplemente descansar disfrutando de las vistas panorámicas.